lunes, 11 de abril de 2016

SÓLO EN APARIENCIA

Hace tiempo que dejé de ver a un desconocido en el espejo.
Si me pones flores, oleré a tierra
pero no estaré muerto.
Si el incienso envejece
en las oraciones
porque las lágrimas
se equivocan de sitio,
no habré muerto.
Si te observan sin luto
porque el dolor se lleva dentro,
no habré muerto.
No habré muerto
cuando la verdad esté fría
en acero inoxidable.
No habré muerto
cuando vengan los siento mucho
sin saber lo que tú sientes.
Sólo moriré
cuando dejes de recordarme.


José Manuel Acosta.

SOMBRAS Y LUCES


Hablo de los que se tapan
con las estrellas,
de los que tienen
aliento de penas
y buscan la dignidad
en la basura.
Hablo de los que se tapan
la vergüenza
porque no valen nada
cuando nada vale
la esperanza.
Hablo de los que no tienen
cruces
pues sus pecados
son adolescentes
si la dignidad está manchada
de sufrimiento.
Hablo del mio Cid
de la pobreza,
de la soledad del prestigio
que fallece en la censura
de las aceras,
de los que usan muletas
en sus gestos.
Hablo de lo que es morir despierto,
del olvido fácil,
de la indispensable
necesidad de los pobres
de risa negra y lágrimas
blancas.
Hablo de nosotros,
que tanto nos parecemos.


José Manuel Acosta.

ES COSTUMBRE

El amor vive dentro de un poema
y te amo con el verbo contigo
en un verso cualquiera
mitad hombre mitad mujer.
Con mis letras pobres
de rimas absurdas
del porqué de los porqués
mientras duermo sin mí en ti,
porque vivir la mitad de la vida
es morir el doble.
Desde que te pienso con palabras,
las horas son nuestras
y lo que nos dio el tiempo
está guardado en el corazón.
El amor es un poema
que nos acompaña toda la vida
y te hace tan hermosa,
que todo es un empezar de nuevo
aunque estemos deshojando años.


José Manuel Acosta.