miércoles, 21 de octubre de 2015

LA HORA VIRGEN DE TU NOMBRE

*
Me gusta tu olor a uva madura
vestida de aire fresco
y el despuntar del alba de tus ojos
mientras tus labios me devuelven las palabras
de aquellos poemas de amor.
Cómo me gustan tus manos eróticas
y el evangelio de tu boca
desordenando mis versos
cuando escribo para ti.
Creo, que nos han odiado tanto
como amor nos hemos dado
y me basta decírtelo al oído,
mientras la lluvia nos moje la vida de te quieros
estamos a salvo de todo.
Lo importante del amor
no es una cena romántica
sino lo que piense el corazón
cuando desayunamos,
aunque el verbo esté herido
sabemos con cuánta azúcar
nos gusta el café.


José Manuel Acosta.

MARÍA NO ESTÀ EN EL REINO DE LOS CIELOS


( sigo intentando dar forma a mi libro:
el suicidio de la hija adolescente de una mujer maltratada)
En sus canciones tristes, duermen los besos
que no sirvieron para consolarla y cuando
alguien intenta despertar su olvido,
el recuerdo sigue teniendo la espalda de barro.
Ella incluso esperaba una vida cotidiana,
de esas que sirven para aburrirte sin sangre
en las fotografías de los rostros perfectos,
simplemente silenciar el grito en la más
humilde de las soledades.
El miedo crece entre juramentos con ese olor
que tienen las horas cuando recitan
del mismo modo que se va la vida.
En una sobredosis de depresión,
busca su nombre entre amuletos de la suerte
que tienen más quimeras que ganancias,
como cuando desnudamos la conciencia
esperando que por ello te quieran
menos y mejor.
Estamos en permanente liquidación
aunque mostremos siempre cosas nuevas,
incluso puede que esta historia
la vemos todos a cámara lenta
y queramos seguir siendo profetas
en cuerpos de nadie.
Nos gusta mucho la nieve
pero no mojarnos cuando se deshiela
aunque sea imprescindible
para quitar la sed.
Y ya te digo yo aunque me lleven la contraria,
que no nos querámos tanto
sino querámonos mejor
porque el maltrato,
tiene tantas caretas como pueda haber
en un carnaval aunque siempre es mejor
que comprar flores el día de los difuntos.
En su diario, siempre terminaba con la misma frase:
no me gustan las personas
que tienen más palabras que hechos.

José Manuel Acosta.

viernes, 16 de octubre de 2015

HAZTE DONANTE.


Tenía el ombligo inocente,
de los que vienen
sin arrepentimientos
y ya tienen humillada la respiración.
Yo buscaba esa virtud
que tiene la inocencia
en algún lado de la cuna,
para mecer los recuerdos
cuando se caen las lágrimas
despeinando mi interior
y aun así,
me siento desgraciado
ante los jovenes dioses
que tienen toda la vida por delante.
Algunos no necesitan predicados
ni el bla bla bla
que salva las almas,
tan sólo ese cariño distinto
que se encuentra en la médula ósea
capaz de salvar una vida.
Quizás sigamos siendo
unos cobardes bondadosos
porque las palabras
no llegan a ningún lugar
y otros,
intentamos dar crédito a la conciencia
escribiendo por todas partes.
Tenía seis años

y murió esperando
a los Reyes Magos.


José Manuel Acosta.

domingo, 11 de octubre de 2015

RAÍZ CUADRADA DEL CORAZÓN


Siento las calles trémulas
los jardines alborotados
y la inocencia del cielo
libre de culpa.
Siento el pestañeo
de los corazones,
los pájaros jugando
a libertad
y los ojos
sembrando semillas.
Siento la idealización
malévola de los muertos,
los afectos ciegos
y todo lo que hablaba
la ausencia.
Siento los sinónimos
ignorantes
de la narrativa tardía
y la fruta madura
envejeciendo los campos.
Siento la piel
resistiendo al tiempo
y el interior cavando
fosas comunes.
Siento que cuando
custodian los sentimentos,
es porque hay verdugos

 cortando tus alas
y en cualquier esquina,
hay alguien esperando
con un te quiero en la boca.


José Manuel Acosta.
Después de habernos
masturbado los labios
para llenar el silencio
de palabras,
de habernos corrido el cuerpo
de respiración
para escurrirnos las miradas,
me gusta saber que somos
un fluido uniforme
y no sé si amarte desnudo
o vestirme de súplica

José Manuel Acosta.

LA SERPIENTE


En mi poesía está escrito
todo lo que necesito decir
y lo que no tengo que explicar.
Puede ser que incluso
me veas dar un abrazo en cualquier lugar,
que esté haciendo la digestión
de las lágrimas
porque no me gustan los fieles
a un sólo corazón.
No me gustan los que traicionan
la verdad y van de santos,
los que hablan de humildad
y desayunan solos.
No me gustan los que vienen
con clases de moralidad
para tapar su mediocridad,
los que ponen falsas sonrisas
porque se les nota su hipocresía.
No me gustan los que vinieron
dejando su rastro de serpiente,
los que se sientan en nochebuena
en la misma mesa
que critican el resto del año.
Los que no están estando
los que no vinieron cuando fuiste
y puede, que ni yo mismo me guste.
A los que son fieles a la verdad

se les suele llamar
infieles mentirosos.
En mi poesía
está escrito
lo que no debo explicar.


José Manuel Acosta.

POBRES DE SONRISAS

No muero todavía,
cansado quizás a la sombra
de las horas.
En los posibles abandonados
revestidos de frío marmol.
Lo que guarda mi silencio,
madres recogiendo predicados
que te miran piadosas
si has llegado tarde.
Ponen su duelo en el aire para saber
cuánto dolor puede respirarse de una sola vez,
cuántas veces nos habremos prometido
con la boca falsa,
la misma que no llega ni a una raya de esperanza pero confía
que las palabras salgan
con su propio pensamiento.
Esta noche el cielo estaba demasiado limpio
y basta comerte un recuerdo,
para que mañana
los pájaros no le canten a nadie.
No te equivoques,
detrás de una sonrisa
puede estar el suicidio de una lágrima
porque alguien decidió coger
el atajo a la muerte
para lograr vivir.


José Manuel Acosta.
Nos pasamos media vida
pensando en los demás,
otra media comprendiéndoles,
y cuando quieres pensar en ti
te has quedado sin ella.
Cuando escuchamos la palabra egoismo
es como si viesemos al mismo demonio,
pero no es tan malo como creemos ser egoista.
Unos te van a odiar por lo mismo que otros
te apreciarán.
Por mucho que nos esforcemos en ser buenos,
amables y cariñosos, siempre habrá quien con
tu manera de ser se vea amenazado y encontrará las formas de ridiculizarte
o despreciarte.
Estar siempre pendiente de los demás
nos lleva a ser personas frustradas,
no se trata de ser frívolos sino de
pensar primero en nosotros, de ser fuertes.
Transmitimos lo que somos pero no hay
que complacer a nadie excepto a uno/a mismo.
Es la única manera de contrarrestar
los errores que otros creen que tenemos.
Ser egoista es bueno porque ello nos capacita
para saber qué queremos de la vida dándonos facultad para ser felices, es importante
saber decir no.
Nos dá seguridad y es la manera de poder
transmitírselo a los demás.
No vivamos en la jaula en la que los demás
nos quieren meter.


José Manuel Acosta.

EL AMOR NO ES UN SONETO


Siempre huyo de las divinas caricias
que tartamudean en los corazones amarillos,
como la enfermedad
que padecen los poemas olvidados
cuando pierden los recuerdos.
Si el tiempo pesa más que pasa
habrá que buscar nuevas palabras
que estén a medio consumir,
vaciar el cenicero
donde se apaga la costumbre
por ser adicto
al no cambiaré nunca.
Y aquí estoy
fumándome el volver a ti,
a contar con mis dedos tu nombre
por si puedo meterte un soneto
en los labios
aunque no necesite un beso perfecto.
Si no aprendemos de los errores,
con el paso del tiempo
nos vamos haciendo incoherentes
y el amor es algo
que ha pasado con disimulo.
Prefiero comprar mucha
bisutería barata todos los días
a estar toda la vida ahorrando
para una sola joya.


José Manuel Acosta