lunes, 28 de abril de 2014

LAS DOS PARTES DE MI ALMA





¿Dónde está mi voz que en silencio se sienta en el recuerdo?


No busques mis palabras cuando desnudo las horas
en alguna parte de mi voluntad,
ellas viene  con el color amarillo de la memoria
con la mirada imposible del presente
calmando las viejas heridas que duermen
por la necesidad de callar al  dolor.
Todas las noches me asomo a la ventana de los suspiros
a la mirada que persigue mi alma
buscando un refugio donde cerrar los ojos,
mientras pacientemente los por qué
encuentran alguna respuesta.
Me persigue esa nostalgia
que cada noche cuelgo en una percha de mi armario
una percha de color sombra oscuro
 que no se deteriora con el tiempo.
Nadie ve que detrás de una sonrisa
hubo antes una lágrima en silencio
por eso quiero que mi alma
siga teniendo esas dos partes,
porque sé que algún día
llegarán a unirse.

José Manuel Acosta.

martes, 22 de abril de 2014

NADA ES ETERNO







Me pregunto donde permanece el recuerdo
si en alguna incisión de los latidos
o en el  hueco del alma por donde se filtra el dolor.
Quizás en la virtud de las oraciones
cuando hay ausencias de palabras
quizás en la voluntad del tiempo
cuando permanece inalterable la dignidad fingida
o tal vez en la arrogancia del olvido.
Si me está sangrando el alma
será que está buscando alguna virtud
que se pierda  por costumbre
o las penas cuando vienen con eco de triunfo
para que la soledad se acomode en la garganta.
No hay un sentimiento exacto que dé nobleza
a la sangre de la angustia
cuando es imposible matar un recuerdo,
que se guarda en la cúpula secreta de tu pecho.
Entre el vacío y la existencia
está la muerte disfrazada de vida,
la verdad disfrazada de mentira,
los ojos disfrazados de miseria
y  tú esperando lo imposible.
Si alguna vez me ves llorar
no estoy fingiendo
porque el recuerdo no tiene voz.

José Manuel Acosta.

A NUESTRO FIEL AMIGO PITU ( 22/04/2014)







Me desperté hoy con el acento seco mojando mi garganta
Con un silencio dolorido dibujando la tristeza,
Las lágrimas son la voz del corazón
Cuando el alma está herida
Y se me clava tu nombre entre mis dedos
Porque no puedo vestirte de caricias,
Pero desnudaré siempre tu nombre
En mis recuerdos
Porque tu mirada permanecerá
Inalterable en el tiempo
Hoy quiero hacerte un encaje de gratitud, a ti
A nuestro fiel amigo
Porque has dejado una huella en nuestras vidas
Que se han bordado en nuestros corazones
Y hoy, dibujando el verbo te queremos
Te despedimos con voz de esparto
Esperando que descanses en paz PITU.

José Manuel Acosta.

sábado, 19 de abril de 2014

OTRA VEZ DE NOCHE







vuelven los pájaros tristes a mi ventana
y los besos a anidar en la almohada,
ellos bajan por el perfil del alma
con  un adiós en la boca
y una maleta cargada de soledades.
Mi único refugio es el contorno
de una hojas blancas con matiz amarillento
que se desnuda en silencio y duele,
duele como el acento de una caricia
que no deja huellas en el cuerpo y
viene con porte de señora,
con encajes de pena
en ojos de luna llena
le he preguntado ,
si las lágrimas son la voz del corazón
cuando el alma está herida,
pero ella siempre se acomoda en mi garganta
para herir mi voz,
y escribo
con la voz herida en la silueta de mi ventana
hasta que me olvide.

José Manuel Acosta.

martes, 15 de abril de 2014

EXALTACIÓN









Hay una lágrima salpicando saetas por mi garganta….
cuando cruje el asfalto nazareno
o se bordan las aceras
con los suspiros de la madre dolorosa
y un encaje de angustia
borda la comisura de mis labios,
hay un desmayo constante de latidos
que recorren mis venas entre varales
y mis ojos, descalzos en penitencia de esparto.
En una procesión de sentimiento
la luna está en verso Santo
mientras Sevilla te voy queriendo, tanto, tanto.

José Manuel Acosta.


martes, 8 de abril de 2014

CONVERSACIONES CON MI INTERIOR II


No pido una limosna
si no la razón de un corazón abierto
el grano de quien cuenta la vida
o la promesa de un árbol que hace el camino,
yo doy un beso
si llevas soledad en tus labios.
No pido la costumbre del perdón
ni  la grandeza de los rezos
en la liturgia de los rosarios forzados,
si no un sacramento sin golpes de pecho
o un presente tiñendo
el interior de intenciones,
yo cierro las puertas de la prematura muerte.
Ése soy yo,
Un  simple desconocido con la sombra del miedo a cuestas,
con un sueño que ni me nombra
y  buscándome entre  libros de poesías no me encuentro
será por esa razón
que no escribo de conciencia,
porque sé que algún día
se apagará la luz
y otros encontrarán en silencio mis palabras desnudas.
¿ Cuándo fue la última vez que hablaste con tu corazón?


José Manuel Acosta.