martes, 12 de julio de 2011

LA SONRISA DE MI NIÑA ( IN MEMORIAN )

Llevo al cielo flores de cristal,
con ausencia de latidos
el primer golpe de la vida
que se cuelga de mi ventana
en incomprensiones
se une al dolor que me acompaña
socorriendo las heridas
que se rompen en ilusiones.
Hasta los talones sufren buscando
un alivio para detenerme
peinando cada lágrima
vertida en tu cama
cuando acaricio la almohada
vacía de cuentos.
Me aferro al corazón
que tantas noches te hizo dormir,
y puliendo los fragmentos heridos
-por que así puedo respirar-
me duermo,
esperando la casualidad
de que para no morirme,
sólo pueda llenar mis páginas
con tu presencia
en ese libro de cuentos
que pronto abrirá de nuevo
sus páginas.


José Manuel Acosta.

LA INOCENCIA PERDIDA

Me han prestado un tintero
para que escriba en este valle de lágrimas
con pergamino difunto
los desvaríos de mis entrañas,
y me siento tan ágrafo,
que suspendido en la agonía de mi cálamo
no llevo savia a mis fértiles manos,
quizás, porque mi corazón
sea un solecismo de mi propio ser.
Mi voz, collares de consonantes
en cristales solitarios
se cuelgan de las cuencas de mis parpados
abrazando al mismo Guadalquivir
para remar hasta donde no alcanza la razón ,
gobernando el salvavidas de la esperanza
entendiendo tanta simulada enfermedad
distribuyéndose en un Laus Deo
del monopolio de la mentira.
Así los aposentos de la soledad
nunca encuentran su salida.
Quizás y solo quizás,
sepamos por qué algún día fuimos niños.



José Manuel Acosta.

DICE EL POETA

Afilo el tiempo que corta mis años
preludio uniforme y constante,
del plectro
saco palabras consagradas
saciando mi sed bucólica
que esparce el fruto cierto
de una pluma.
Líbrese mi pesar
de las querellas que pone la muerte
a disposición,
pero ante la imposibilidad
de acceder a sus deseos
le proporciono paciencia suficiente
y relatos de ojos viudos
para que se canse de perseguirme.
Cuando mis dedos
sólo sujetan historias
de besos dormidos,
las miradas se acercan
para presenciar aquel débil dolor
que mancilla mis ojos
mientras un acento inflexible
esmalta el anciano olvido
que aparentemente
protegía la esperanza.
Ahora me siento a observar
las hojas caídas
de árboles torcidos
mientras el viento se castiga
en onomatopeyas primitivas.
Sigo esperando
mí mors,mortis

José Manuel Acosta.

POEMA ESDRÚJULO

Estoy harto de héroes e ídolos
de hispánico lápiz tupido
en párrafo esplendido y perfecto
con carátulas rotas,
en la brújula diaria marcando caminos
de retórica estática
y tragedia antígona.
Estoy harto de palabras micénicas
en patas de tarántulas
del mediático anónimo ridículo,
de estas esdrújulas
que caminan como caléndula
en imágenes de espinas,
homogéneas palabras ridículas
que matan la poesía contemporánea
en tristes espectáculos.
Pobre poeta fantástico
que hizo su verso histórico
para matarlo en esta música agrícola.
No hagáis exámenes en estas imágenes,
es un honor entregárselo
en esdrújulo a los poetas del veintisiete.


José Manuel Acosta.

EL ÚLTIMO LATIDO ( SONETO )

  
Para secuestrar besos de su boca
Oxigenó mi sangre de suspiros
mientras mis huesos tienen que deciros
que son un atlas cuando usted los toca.

Necesito una puerta de instantes,
un ungüento de palabras presumo
que cuanto más lejos llego a lo sumo
es a esta lira de labios radiantes.

Hoy cuelgan lágrimas de mis mejillas
como flores reposan en la cripta
jubilosos sueños que se quebraron.

Su mirada fría auroras inscripta
y el corazón rezando de rodillas
quédese como cuando la besaron

José Manuel Acosta.

JUSTO CAMINO ( SONETO )



Para cumplir condena de palabras
en hostilidades que marcan vidas
ayuno anónimos que hacen huidas
sin que vean mis manos abracadabras.

Nunca el sabio cuenta sus incidencias
pues toma el alimento compromiso
gobernando humanidad y permiso
para no tener que pedir clemencias.

Ahora que absolutamente habláis
en el sendero de vuestros conflictos
y otros escucharon por simpatía.

No siempre es verdad si bien escucháis
que habiendo mercaderes estrictos
mi sonrisa matará la apatía.


José Manuel Acosta.

GRIETAS DEL ALMA

Si mi ser fuera esa hoja
que corre tras el viento,
pondría mis caricias
al vuelo, o estaría en
la soledad de un diario
preñado de suplicas
como el iris de mis ojos.
Cantinela son estos labios
que mueren en la profundidad
de tus pisadas cuando me acaricia
el aire sin tu nombre.
Soy silencio que se cuela
por la grieta que resuma el alma
sin importarle a mi pluma, hurtar
un soporte de palabras nocturnas
colgadas del cuarto menguante
de esta tristeza muda.
Desnudo mi risa en pasaportes
hacia la nada abanicándome de recuerdos.
Y nunca pondré el octavo mandamiento
al amor, por que mis sentimientos
son un catéter directo al corazón.


José Manuel Acosta.

IMPERFECTO TIEMPO



Enramada bóveda
mis ojos,
recuentan lágrimas
pertenecientes al pasado
cuando azotados espigones
doblaban sus rodillas
hiriéndolos de recuerdos.
Escondido en el tiempo,
abro apuntes
de color amarillo olvido
nutriéndose estoica
la rosa
que aguantó el paso del tiempo
sin quebrantar el color
natural de su belleza,
ante lo común de mi existencia
suspendido por amor
en aquella fecha imborrable,
siguen latiendo
secuelas
de tiempos inolvidables,
aquella hoja deteriorada
fue mi primera derrota
ajeno a saber
que siempre
sería imperfecto…. Y respiro.



José Manuel Acosta.

NUDOS DEL DESTINO


Amor, no doy respuestas
a los sueños
que duermen en mi almohada ,
no he viajado hasta ti
subido en una nube de deseos
para hacer trenzas
con las venas de mi corazón ,
ni he vivido noches
para hacer
un airón de pensamientos solitarios ,
no he bordado
en el cielo tu nombre
haciéndole un poema a la luna
o sentarme en el borde
de una estrella confidente
para que cosa mis heridas .
Yo he viajado
por la cobardía del hombre
que parte mi nombre en dos ,
en el vigilante día prometido
o en la noche
que despierta tu nombre ,
en la ráfaga del viento
que mece tu cabello,
en la flor del vestido
que perfuma tu camino
y en los talones
que tallan los pasos
del destino
por si algún día no estuvieras,
que los recuerdos
nunca, nunca te perdieran.

José Manuel Acosta.

EL AIRE QUE SE VA


Cuando llegue al huerto
de los cipreses,
posiblemente
seguiré
imponiendo mi palabra
adornando coronas
con florecidos verbos,
bendeciré
la derrota
y la tierra cultivada
para que el sudor
no sienta vergüenza
de sus éxitos.
Y aunque Dios
no quiso que viera la muerte
por la soledad del camino,
ya escribió un poema el destino
donde los versos
fueron mojados sin métrica
ni medida
por una letra
atrapada en la nada….
....Descanse en paz
José Manuel Acosta.

ESCAMAS ENSANGRENTADAS


 
Tengo bañado los cristales
de salinas pretenciosas ,
en el vértice
de sus pestañas
una lágrima estrangulada
baja por el acantilado
de mi pecho
intimidando al viento
con triste esperanza de triunfo .
Sembrando noches
antes que el alba
traicione gloriosos poemas ,
mis huesos titiriteros
asaltan mandíbulas calladas
mientras la gloria
persiste
en encaramarse
intacta a mi laringe,
tragándome
un académico existir
de honoris causa .
Afanando horizontes clérigos ,
mis sueños
siguen donando
versos ensangrentados .


José Manuel Acosta.

lunes, 11 de julio de 2011

CUENTOS MORALES III ( FIN )



Miramos al humano detrás del muro,
nos estorban las verdades
que alcanzan los balbuceos del delirio,
miles de agonías flotan en nuestro entorno
y seguimos haciendo nudos a la cuerda.
He aprendido a suspenderme
en las burlas bohemias,
en las amargas inspiraciones,
en mi propia existencia
veo caer la nieve incierta
derritiéndose en mis manos
para que no beba del vacío.
Mi muro es un estante de libros
llenos de argumentos
para echar andar al tiempo
emancipándome en la palabra petrarquista.
Nos cargamos de razones necias
y en ese férvido suspirar
mostramos ilusiones carlanca.
Cuando veas extinguirse la pradera
te despojarás de sonrisas
y llevarás la túnica de la soledad
esa, que tiene el color amargo del sin sentido.
Una vez más hemos levantado muros
y yo, me quedo en la soledad del Panem nostrum.
Cada día nos falta
la construcción que levante conciencias
donde apoyar la verdad.


José Manuel Acosta

CUENTOS MORALES II




Levantado el muro de las incomprensiones,
mis ácratas manos
cierran el ego de los falsos panegíricos,
destierro las mañanas en la boca de la luna
y azorado por tantas palabras nevadas
cierro mi lengua desguazando los solecismos.
no puede ser protésico el razonamiento
cuando el epigrama del corazón
es un panal de sentimientos
que no anegan al alma,
pero nuestra ansia de ufana frente
es un gemido céfiro entrando en otras pestañas
sin importarnos sus arcanas lágrimas,
los talones encallados
miran la espalda de los intentos
mientras nos olvidamos que su inicio
miran las canas de la experiencia
y aún así, nos convertimos
en un estanco con adornos flotantes.
Las sentencias falsas, hacen penitentes
buscando un perdón
que se desvanece así mismo,
cuando el ignorante busca el extravío de sus palabras
ya los Dioses dieron su versión,
y le dejaran en este mundo
del mismo modo que llegó.

José Manuel Acosta

CUENTOS MORALES I

Cuando se levanta el gran muro de las incomprensiones,
escalo con esfuerzo
toda maravilla que haya detrás de él,
las palabras se tornan
en el tedio de la pluma
y sin embargo
sólo nos separan unos segundos
de buen decir.
Mi inexperta osadía
observa cautamente
la siega de los sentimientos,
mientras el sol es engullido
por la hambruna laguna.
Los penachos del camino
prolíficos en sabias letras
se muestran en el disfraz de lo ridículo
haciendo de un almuerzo de oasis
cena de caníbales.
Inefable tanta apacible mirada
que juega a honestidad
cuando el génesis de su derrota
es tragado por tanto cuento de moralidad.
Aquí me hallo,
aquí presente,
derribando el muro con más esfuerzo
del que se levantó,
observando cautamente
la flora de Jericó.


José Manuel Acosta

jueves, 7 de julio de 2011

CUANDO LLEGUEMOS A VIEJOS II



Apoyaré mis años
en desengaños arrugados ,
en la consonante
de tus ojos
y esparciendo mis versos
por tu boca,
esquivaré mi difunta
palabra .
Receloso en la seda
de tus manos
de tus pies hermosos
y del guardián de tu pecho ,
iré a buscar
los mirlos blancos
de tus cabellos .
Tus ojos
de arrayán brabántico
inestable
son barrocos pliegues
de lozanos mayos ,
y no dejaremos preguntas
anegándose
en el suburbio silencioso
de las almas
porque ya ,
no necesitaremos del tiempo
esa respuesta
cuando dancemos
en soledades .

José Manuel Acosta.

CUANDO LLEGUEMOS A VIEJOS





Algún día , más cercano de lo que creo, llegaré a viejo, mis manos serán tan pretenciosas en busca de una caricia como mis labios de un beso. Quizás sólo me queden recuerdos en una maltrecha memoria que no dignifique los momentos vividos y es que, tendré tantas arrugas en los parpados que cerrarán mis ojos pero no mis heridas.
Algún día de esos tantos que me faltarán , veré la ciega felicidad cruzarse de brazos a su antojo y yo con nostalgia , me retorceré en los sentimientos que se esfuman con los años .
No quisiera alinear las lágrimas cuando el dolor camine tan despacio como yo, y que no se me atragante el sufrimiento quedando inmóvil en mi garganta, porque no me quedarán fuerzas para gritarle al mundo mi desesperación.
Me veo , pintando la silueta de mi esposa mientras mis palabras se suicidan en su mirada que buscan los años jóvenes donde nuestros hijos alzaban el triunfo de las sonrisas porque la felicidad aunque efímera, nos visitaba de vez en cuando.
Y así cogido de su mano, observaré la torpeza sin perseguir reproches que siempre fueron tan inútiles como olvidar los te quieros, espero para entonces devolverle la paciencia que tantas veces le hice perder como también espero germinar de gratitud , los abrazos de mis hijos que construían latidos en el alma y sin apenas darme cuenta, habré pasado a hurtadillas por los días que ahora se consumen mudos
en el epitafio de algún ciprés que se lamenta en versos…….

José Manuel Acosta.

martes, 5 de julio de 2011

MORIBUNDO

Se esquilmaron mis ojos
por la soberanía de sus lágrimas
que en apariencia,
moldeaban el eco mudo
del dolor
mientras regresaba
la soledad en suspiros
y le hablaba a la noche
del perdón postizo.
Con el propósito
de hacer fisuras en mi alma,
la muerte
me ha dicho su nombre
perdiendo
en ese momento,
todos los recursos
que me dieron los años.
En el horizonte
hay una procesión de verbos
lapidando los poemas
que fueron  héroes
en las vertientes
de mi alma .
Me quedo abrochando los recuerdos
que se duermen junto al tiempo.

José Manuel Acosta.

lunes, 4 de julio de 2011

¿ POR QUÉ TE AMO TANTO ?

TE quiero, sí… TE QUIERO,
porque eres como lluvia
violando los colores del arco iris,
porque desnudas mis secretos
en mi esperanzada cura
porque eres, mi poesía
el café de mis mañanas
abrigando  mis sueños,
porque visto de ti al pensamiento
por ser mi aliento 
porque aventuras mis suspiros
porque eres, la decencia
furtiva de mis besos,
porque asesinas mi tristeza
en tus caricias
y me invades en abrazos y razones
desbordando mi naturaleza
así, me llenas la vida de ilusiones.
No termino mi canto
a tu alma
y así muy despacio,
te
amo.

Sólo te quiero por costumbre
y te
amo
con el corazón.
Atribúyete tu homenaje
hoy amor este es el mío.
¿Por qué te
amo tanto?

José Manuel Acosta.

ESPERÁNDOTE


Entre sábanas de agua
salpican mis alas
un vuelo triste de distancias.
En el aire
pinto lunas desalentadoras
mientras limpio
el pálido rostro del recuerdo,
sosegando la libertad de mi boca
que busca un suspiro de aliento
para desobedecer la fuerza
de la soledad .
Cuando surco etéreas aguas transparentes ,
arribo a la cúpula de tus oídos
llevando en el tiempo
tu nombre escrito en poesía .


José Manuel Acosta.