martes, 1 de julio de 2014

EN EL BORDE DEL SILENCIO


Mírame, estoy aquí,
encadenado a tu silencio
cuarteándose las horas
que son luto de muerte,
lágrimas de hierro forjado,
que no es dolor ajeno
lo que escupe la arrogancia
cuando tus abrazos,
son una ausencia simétrica
de mi llanto que se lo traga todo.
La vida es el disfraz de la muerte
que sin buscar nada
lo encuentra todo,
y se pudren tus pulmones
por el desconsuelo imprevisto,
sin detenerte, sin escuchar nada.
Camino por un asfalto sin nombres
entre sombras vacías
que te miran de reojo,
como la silueta de la ausencia
que se acomoda en el pensamiento.
Mírame, estoy aquí,
exactamente donde siempre me encuentro,
donde nunca me buscas,
que hasta la soledad muere.

José Manuel Acosta.



SED

Tengo aprendida la retórica de tu cuerpo
con la insaciable plegaria
de mis manos,
que son esclavas de tus efervescentes pechos
mientras voy poniéndole
hedónicos acentos
a la memoria que hay entre tus piernas.
Me gusta su euforia creativa
transformándome en leyenda erótica,
creciendo dentro de ti.
Soy el silencio ahogado
en tus exuberantes pezones
que muerden mi aliento
desangrándome por tu piel desnuda,
buscando fecundar el tono de mis palabras.
Me gusta cuando te acercas
para escribirme con tu lengua
todos los deseos guardados.
Cuando te bebes la vida,
yo me ausento
como si no hubiese un mañana.


José Manuel Acosta.

DOLOR

Te fuiste con un beso de almidón en tus ojos,
y la palabra de los muertos
en tus labios.
Ya no me persigue tu mirada
sangre de aceituna
escalando te quieros por la boca,
ni siento el silencio de tu pelo
llorando entre mis dedos…
…te llevaste el eco de mis palabras
con el dolor del viento...

José Manuel Acosta.

TODO LO QUIERO DE TI

Quiero escribirte una promesa con mi lengua
y tallar los suspiros de mi boca por tus piernas
como si fueses toda miel.
Quiero ser la respuesta escondida en tu piel
y perderme en todas las preguntas
que salen alborotadas de mi cuerpo
cuando soy la resurrección caliente
buscando lo que tú no callas.
Quiero ser la húmeda caricia
o la muerte de las flores besando tu ombligo
cuando llega su aroma sin conciencia
a dilatarse entre tus ojos.
Quiero ser un pecado imprevisible
hilvanando los jadeos de tus labios,
que gotean buscando su destino
si mi hipérbole erecta
ya está dentro de tus inquietudes.
Ahora que eres mi santuario de intenciones
imagínate todo lo que quiero de ti,
todo lo indefenso que estoy.

José Manuel Acosta.

PARA VIVIR

..Nadie tiene tantas respuestas como uno mismo...ni tantas preguntas como la soledad...
Vive pendiente de agradar a todo el mundo
guardando los reproches en la maleta de los destinos
sin darse cuenta que todos se parecen mucho al suyo.
No necesita el silencio del miedo
porque vive completamente clavada a él
aunque se esfuerza con ésa chirriante sonrisa para disimular el paso del tiempo.
No busca las palabras ni la voz, se olvidó del nombre de las horas,
se consume con cada ausencia,
se ha olvidado de vivir; se ha olvidado hasta del olvido.

( José Manuel Acosta )

ES TIEMPO DE

Acostado sobre el filo del olvido
permanecen mis lágrimas
invisibles y en silencio
que tiemblan como los árboles en otoño,
como tú, cuando pasas inadvirtiendo mi sangre
sabiendo que soy
una biblioteca de emociones.
Sin carne ya en los huesos,
se quiebran los sentimientos
cuando las costillas de las promesas quedan a la intemperie.
Me siento en la piedra de la vida,
desde su ángulo más vertical
veo pasar las conciencias sin remordimientos,
sin palabras, sin súplicas.
Evoluciono junto a mis heridas
gritando necesidades…
…todo sucede, todo está dispuesto
para que muera ahora mismo.

José Manuel Acosta.