lunes, 29 de diciembre de 2014

EL ÁRBOL DE LAS NARANJAS AMARGAS

Ordenó hábilmente su sonrisa,
cerró los párpados
y buscó un recuerdo perdido
donde la soledad no sospeche
porqué el genocidio
de las lágrimas se hace invisible.
Se preparó un café
con cuatro terrones de azúcar
con la intención de borrar las pelusillas
que quedan después de saborear la amargura.
Se llevó la mano al corazón
mientras apuraba el último sorbo del olvido
y le preguntó al silencio
si quería llorar con ella
-siempre hablan bien de ti porque dicen
que llevas más verdad que las palabras.
Miró a su alrededor con ironía
y dejó que sus labios
se quedaran fríos.
En la calle,podía escucharse
los aullidos de un perro
que estaba oliendo la soledad y
arañando la puerta del auxilio.


José Manuel Acosta.

DIBUJANDO SONRISAS ( POESÍA SOCIAL)

-Cuando un país no apoya la investigación, está matando a sus propios hijos-
( Me permito un receso en mis escritos y poemas para volver a mis orígenes, la poesía social )
Alguien me dijo una vez, que los buenos se van antes porque son los que abren el camino para los que tienen que llegar, y después de ésta aseveración, me dejó en el mismo tanatorio donde se maquillan las sonrisas y te exhiben entre piropos y bondades porque saben que no hay derecho a réplica y no puedes oler su propia mierda.
Algunos creen que la vida es una cremallera que se cierra y se abre a nuestro antojo, que el eco no es más que un sonido repetido aunque a veces es el remordimiento de tu conciencia,que los arrepentimientos ya no es dolor porque las heridas se han quedado ciegas y que rezando mucho, se cumplen todos los deseos y el perdón está asegurado.

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Me subí al cuello de su voz para escuchar las flores
y todo desapareció en el silencio
de una corona con los no te olvidan.
Cuando hueles la muerte
te das cuenta de lo maravillosa que es la vida,
y ves a Louis Armstrong
enseñándote el secreto
de cómo florecen las rosas rojas
porque tú eres quien creas los milagros.
Oigo cómo llora el agua en el cielo
y cómo las nubes
mueren inocentes entre los árboles
buscando algún culpable
en la risa rapada de los niños.
Cuando hay ángeles entre las estrellas
es porque hay padres
que se han quedado sin sueños.

José Manuel Acosta.


"La poesía social se ha usado en España entre los años 1950 y 1960 sirviendo como instrumento de denuncia para intentar cambiar el mundo, denunciar la realidad que nos rodea y concienciar a los lectores de las injusticias. La poesía social sólo busca el interés en defensa de los débiles y desamparados"

viernes, 26 de diciembre de 2014

SUBTÍTULOS DEL ALMA

-El silencio que llevamos dentro siempre habla por fuera-

-Todos tenemos una luz en el alma que cuando se apaga,
alguien nos la vuelve a encender-


Después de que me duela
hasta lo poco que ha quedado en mi vida,
de abarcar la tierra del silencio
y apretar los dientes en cada esquina,
del moho harinoso en los ojos
que te arrancan la fe de los labios,
se me antoja llegar tarde a los momentos
fabricando palabras incómodas
que se disuelven 
cuando los muertos me miran de reojo.
Después de que la elegía del alma
no deje espacios
libres en el corazón
y se dieran la vuelta los latidos
porque el viento siempre seca las lágrimas.
Después de todo eso,
siempre hay quien nos regala una sonrisa
y la oportunidad
de no ver cómo nos llueve por dentro
aunque el alma siga con subtítulos.

José Manuel Acosta.





martes, 16 de diciembre de 2014

HUELLAS

No son palabras rotas,
los que me han visto
por fuera
no me conocen por dentro,
así me quedé quieto
observando
cómo vuelan los sueños
entre pájaros sin alas.
No sólo finge su aspecto
las palabras,
los silencios
también mueren.


José Manuel Acosta.

HILVANANDO DÍAS

Puso sus palabras
en las intenciones de mi boca
sufriendo los besos
un desmayo de nuestros ojos.
Después de recibir
la consagración de sus caricias,
mis manos buscaron
la posibilidad
de ser un apéndice de su cuerpo
aunque siempre supe
que ella sería
el cordó umbilical
que alimenta mis versos.
Soy un tiempo imperfecto
acomodando palabras
en el recuerdo
para no olvidar que existo
detrás de los silencios.
Sólo quien vive
aprovechando las horas
se olvida
de lo rápido que éstas pasan.


José Manuel Acosta.

DEPENDIENTES DEPENDIENDO

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La luz tenía un erizado destello inhóspito
como el ángulo muerto que en los ojos
tienen los mártires pagando a plazos la condena.
Sin saberlo, no terminaban sus labios de concluir la apariencia de una sonrisa que
sin embargo,empezaba a construir palabras sin
más pecado que la propia inocencia que vive
apagándose cuando apenas se esta escribiendo
dos renglones de la vida.
La luz parecia recobrar fuerza cuando unas manos carentes de fe aun, acariciaba con mimo el rostro de su hermana bajo la atenta mirada
de la incomprensión,que regresa siempre al
mismo sitio con las manos en los bolsillos pero que se recibe como una promesa por cumplir.
Detrás, observando la emotiva escena, unos padres que dejaron de pertenecer al futuro entre canciones de cuna y necesidades oprimidas
que se acumulan entre papeles de orejas sordas,
y sentimientos de culpabilidad.
La luz mientras tanto, permanece siempre encendida esperando que el tiempo
tenga alguna respuesta a la parálisis cerebral
de su hija, y que los que hablan mucho
se ahoguen con su propia cuerda.
A veces, la hipocresía me excita tanto,
que cuando la veo venir con corbata
le pido que se vista con mis heridas,
tal vez así, la verdad deje de hacer
objeción de conciencia.


José Manuel Acosta.

sábado, 13 de diciembre de 2014

ESPERANDO

Soy lo que soy,
no huyo del tiempo
ni tengo los labios pintados de flores
y los ojos llenos de primaveras.
Si te cruzas con mi mirada
será para toda la vida,
porque no se viste mi piel de años
ni los secretos están ante notario,
aunque tengo más heridas
que el propio cielo
cuando le lloran por las noches.
Estoy donde quiero estar,
no te extrañe si algún día
eres para mí un desconocido,
si no llegas al hoy
no dibujes un mañana de gestos
porque al final,
sólo serás el obituario
de algún periódico con un nombre desconocido.
Si me miras a los ojos
ciérralos despacio
para que empieces a comprender
lo que yo no entiendo.
Las manos cómo las palabras
son para el amor,
lo mismo que el hambre para el hambriento,
no se sacia esperando.


José Manuel Acosta.

viernes, 12 de diciembre de 2014

HIDRATANDO LA VIDA


Calles llena de gente
las aceras vacías de silencio
el transitar de las voces
protestando soledad
y un buen día
te despiertas con prisas por vivir.
Las palabras se llaman unas a otras con desparpajo
porque las acciones pierden su virginidad
aunque de un momento a otro
conoceremos cómo la derrota
se burla de nosotros.
Ella acariciaba el pelo de su hija
antes que el olvido llegue presuntuoso
y las disculpas la miren de lado
sobre una camilla en la sala de urgencias.
La besa con ésa devoción y cariño
que sólo entienden los que saben querer
mientras en el suero se esconde
la primera parte de la muerte.


José Manuel Acosta.

¿DE QUÉ COLOR ES LA MUERTE?

El día viene pariendo plegarias,
sabe que el ganglio linfático de la noche
buscará el suburbio de las almas
cuando las piedras canten su silencio
y las historias sean inhumes al frío.
Rumiaremos arrepentimientos,
lamentaremos las derrotas
y seguerimos buscando los milagros
dos mil años después
porque llevan toda la vida de rodillas
contando pena tras pena.
Nos taparemos con la manta de la vergüenza
si seguimos esperando
que alguien nos conteste desde el cielo
porque es más fácil
que hablarle al corazón
y darle otra utilidad a las manos.
Hay miradas que sólo vienen un momento
para ver qué color tiene la muerte
mientras seguimos
desprendiéndonos de nuestra sombra.


José Manuel Acosta.

martes, 9 de diciembre de 2014

HAY TIEMPO DE OLVIDAR



Soy un nefasto escritor
que todo lo espera de la muerte,
que escribo de espalda a mi conciencia
porque es más dura
la piedad de los callados
que la sepultura de la ofensa.
Soy ése poeta vulgar y corriente
que huye con su lengua doble
masturbando la crueldad
para ver si agitándolo todo
sale algo de provecho.
Soy la espesa palabra
que coge flores en el cielo
y siembro lunas en el campo
porque para ver el alma
de las montañas
hay que volar demasiado alto.
Soy lo que se queda en el camino
y sólo espero marcharme
con el mismo cuidado
que le he puesto a la vida,
para encontrarme
con los que vuelven sin prisas.

José Manuel Acosta.

lunes, 8 de diciembre de 2014

Así lo escribió el tiempo,
el amor es un beso
escondido en la boca
que encontró el corazón.
Le pregunté si me quería
y cerró mi boca con un beso,
le pregunté si me amaba
y me dio dos hijos.
Sólo se quiere por costumbre
cuando se ama con el corazón.


José Manuel Acosta.

EL HAMBRE QUE NO MOLESTA

Tiene boca de caramelo
y ojos de color pistacho,
cuentan sus manos
que los auxilios son visagras oxidadas
porque el hambre entra sin llamar.
Contando cuentos a la luna
víste su madre la cama
de verdad fingida
y globos de sueños
porque hoy es su cumpleaños.
En papel de regalo
ha envuelto sus sonrisas
guardando las lágrimas
decúbito supino
para no alterar la inocencia.
Mañana será otro día
y los cuentos amanecerán
en el frigorífico vacío.


José Manuel Acosta.

sábado, 6 de diciembre de 2014

EL AMOR SIEMPRE TIENE QUE ESTAR APRENDIENDO

Como los amantes
que se pierden en caminos
de hojas muertas
y se besan en silencio,
como los años distraídos
que amontonan recuerdos en el olvido
cuando se van los pasos tranquilos
entre latidos sin hacer ruido.
Como los pecados
perdiendo de vista al perdón
y los suspiros condenando la fragilidad.
Así, entre palabras de aprendiz
y felicidades insatisfechas,
pido a la ausencia
que todos los pasos
me lleven hacia ti
cuando los otoños
se vistan de luto.


José Manuel Acosta.

PROHIBIDO MATAR LOS RECUERDOS ( a mi hija )

Tengo en mi boca
el poder de la palabra,
quizás algún día
se le olvide a mi lengua
un te quiero
y sea tarde para volver atrás.
En tus ojos pierdo la arrogancia
esperando el perdón
de tus manos
que siempre consuelan
los años que se van.
Si ves que los recuerdos
se hacen pequeños,
que el olvido
me escupe en el espejo
y mis latidos
suenan distintos
porque confundo
tu dormitorio,
sabrás que todos mis poemas
fueron escritos para ti.


José Manuel Acosta.

jueves, 4 de diciembre de 2014

EN CARNE VIVA

Me susurró al oído
con la lengua lúdica de un nombre
escrito en silencio.
Sin prisas desvestí aquella
literatura romántica llena de promesas
y me llamó poeta
cuando mis palabras no eran nada.
Aquel primer verso, lo escribí
con la mirada en la corteza de un olivo
que tenía más plegarias inocentes que raíces .
Ella postuló mi primer poema
como una oda al cielo
como una verdad consagrada
que nadie creía.
Qué lejos queda el niño de las preguntas
y las respuestas de la vida,
qué lejos queda todo
en esta corta distancia
en la que tú descansas en paz.

José Manuel Acosta.

miércoles, 3 de diciembre de 2014

SI ME LEES


Si me lees,
piensa que eres testigo,
salvo algún error ortográfico,
del silencio apelando a la conciencia,
de ocultar la vanidad notoria
cuando ya no esté escondido entre palabras.
Si me lees,
no tengas prisa por buscar
mis verbos de menta
que están haciendo una denuncia
y ganando una batalla
con la sencillez de una lágrima.
Si me lees,
busca las heridas del perdón que de rodillas
intentan romper los huesos
porque de pie
hago mis confesiones.
Si me lees
o algún día decides leerme,
estarás en ése intervalo de tiempo
en el que la humildad tiene miedo
y los adioses piden perdón
porque empiezo a oler a muerto.
Si me lees o no me lees,
sabrás que la tierra no es mía
y que he superado el duelo.


José Manuel Acosta.

martes, 2 de diciembre de 2014

PRETÉRITO PERFECTO

Me produce tristeza
que la claridad de la verdad asuste
más que la sombra del miedo,
que el silencio no levante empatía
y la soledad tenga
más preguntas que respuestas
porque sólo comprendemos
la importancia del corazón
si sufrimos un infarto.
Que nos cueste tanto decir te quiero,
que dejemos sin valor
las miradas sencillas,
que la memoria nos deje sin arrepentimientos.
Llevo tanto tiempo hilvanando mi existencia,
que no presté atención
a los que cosen prejuicios
y se quejan de los verbos.
Hay quienes me han quitado
las palabras,
pero he creado
una nueva forma de decirlas.


José Manuel Acosta.

UN PASEO POR LA CALLE

Estaba sentado, alejado del bullicio sobre una caja sumida en vergüenza ajena,
detenida la vida entre naranjas dormidas y escaparates en ofertas .Con la cabeza baja y apretando los dientes, cuatro muertes esperan la decencia de las calles
mientras un cartel de anónimos sufre su condena inocente y si te descuidas, hasta el cielo llora su pena para no ver la moral fría con la bufanda puesta.
Con la misma gratitud que la tierra espera la lluvia, me acerqué sin tener en cuenta la discusión que mantenía mi corazón con la mente (uno siente sin avisar y la otra juzga para no arrepentirse) y no me voy a encomendar a Dios porque la fe tiene demasiada paciencia impuesta y no sólo de oraciones vive el hombre.
Me llamó la atención un libro que sostenía la cojera del tiempo en el olvido: el ideal Andaluz, de Blas Infante. Le pregunté si tenía hambre.
-yo sé lo que es la soledad del hambre, me contestó, y sin apenas darme cuenta, empezamos a conversar como si nos conociéramos de toda la vida.
¿le importaría comprar algo para mis hijos?
Sus palabras se clavaron en la comodidad que tiene el dinero cuando te conviertes en arrogante sin la necesidad que te proporcionan los extraños, pero dentro de mí se desgarró la imagen de mis hijos manoseando las hipócritas monedas del llanto piadoso de los miserables…
Me despedí estrechándole la mano sin atreverme a mirar sus ojos, como hacen los falsos amigos y viendo de reojo la portada de aquel libro que no alivia las esperanzas del pueblo
porque tengo la sensación que mi Andalucía, sigue derrotada en su historia
y no hemos avanzado nada.
Seguí mi camino como un parásito al que no le afecta el disimulo, con el olor a castañas,
los dos por uno de las rebajas y la vida desahuciando nuestra existencia.


José Manuel Acosta.

domingo, 30 de noviembre de 2014

EL ENCUENTRO

Jugaba con su mirada para esquivar la mía,
sabe que los ojos dicen todo
lo que callamos y que la dilatación
de las pupilas sobornan a las palabras
que nos delatan fácilmente.
No esperaba el milagro de una sonrisa
porque la división de sus labios
estaba condenada de por vida
a la burocracia de caer bien a todo el mundo,
pero ella, siempre me saluda con un efusivo
abrazo y una forzada sonrisa, sabe que conozco
todos sus secretos que jamás exhumará
la conciencia que a todos nos desnuda
alguna vez en la vida.
Fue el encuentro con el recuerdo,
con la dignidad del dolor que vive
en cadena perpértua cuando todos,
haremos nuestra última parada donde
no molestemos a nadie.
Nos despedimos con absoluta felicidad
dejando atrás la verdad y quien sabe,
si nos volveremos a encontrar
en algún lugar donde la vida nos hable de otra manera contando los años en silencio.


José Manuel Acosta.

jueves, 27 de noviembre de 2014

NIÑOS DE ANDALUCÍA

Echo cadenas al hombre
juzgando las libertades
que se amarran a su yunque
y escupen a los inocentes.
Odio a los que escriben
propaganda en los huesos
sin más morada
que su pobre aliento
porque no le cabe más silencio.
Oigo los relojes frágiles
deambulando por las aceras
directos al vertedero
de las horas muertas
con cara de pobre.
“tengo una muñeca vestida de azul”
El hambre no tiene dientes
cuando el vientre se defiende cantando
y los niños, esperan encontrar miradas
para combatir el frío.
“La tarara si la tarara no”
Sigo escribiendo para ver dónde
se ha metido la cordura,
y entre cuatro descerebrados
arreglamos el mundo.

José Manuel Acosta.