Siempre saldrá el sol
y la luna buscará mis versos
que regalo al tiempo
para que sea la voz
cuando mi silencio,
esté peregrinando
por relucientes epitafios
y los paños de lágrimas
laven las apariencias.
Me he pasado la vida
escribiéndole al destino
sin obtener respuestas
y en este espacio,
donde los cipreses
abrazan las nubes
y rellenan el vacío
de oraciones,
los rezos
solo han servido
para justificar la fe,
llenando de olvidos
las cicatrices
que nunca cosió el tiempo.
José Manuel Acosta.
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