miércoles, 19 de junio de 2013

EL VIEJO DE LABIOS TRISTES



Hoy, en conversación con mi alma
me ha llamado
la distancia opaca del tiempo
jugando al despiste
con el rostro ciego en su huida.
Me he mirado al espejo
contado las arrugas
que en silencio han pasado inadvertidas
porque desde que tuvieron uso de razón,
dejaron a la razón sin uso
bebiéndose la dignidad
de los fracasos
mientras los remordimientos
cruzan la acera
afilando el olvido.
Desde aquella primera arruga
los sueños
han corrido por mi espalda sin argumentos,
como un cadáver asentado en las oraciones
de las lágrimas.
Después,
desde el quicio de mi ventana
en una orgía de prejuicios inútiles e indiferencias,
me he dado cuenta
que la vida pasa para todos
y en sus hombros ,está
nuestro destino.
José Manuel Acosta.

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