viernes, 21 de marzo de 2014

CUANDO APARECE LA VERDAD







Se mecen las lágrimas

como se mecen los verbos
cuando coge pose de gloria mi pluma
haciéndole una circuncisión a mis versos.
Despuntan las palabras que tímidamente
conservan su dignidad
como un mayo sin memoria,
mientras escucho el rumor del tiempo
en mi desierta almohada
que en silencio se esconde
en esta celda de latidos.
Si yo pudiera escribirle
a esa voz inútil
que me desnuda cada noche frente al espejo,
dejaría su memoria callada en los recuerdos
para vestirla de intimidad
porque la edad nos otorga un silencio envenenado
curando las heridas con paciencia.
Yo que vengo de la nada
no dejaré que mis palabras sean silencio
en el frío mármol de las oraciones
porque no hay mayor sabio,
quien sabe que la muerte
le sopla por la espalda.

José Manuel Acosta.

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