martes, 5 de enero de 2016

¿PERDÓN, LE CONOZCO?


Mis poemas llenos de justicia, y esa canción
que todos cantamos
-cuando mueren las estrellas en el cielo
vivo distraído
entre personas
que no perdonan
los defectos-
Me hubiese dormido antes
si tengo que morir
para poner a prueba
las lágrimas.
El sufrimiento no tiene
aplausos,
tal vez nadie escribe
sobre hojas amarillas
excepto el otoño
cuando lloran los árboles.
Nadie se enamora
de lo perfecto y envidiamos la vida
de los demás
cuando lo más probable
es que estén envidiando
la nuestra.
Nos preocupa más
con quien nos acostamos

que si el "perro" ladra
de soledad.
Es posible,
que en este "pueblo"
tan pequeño, nadie
quiera conocerse
y nosotros pongamos
el resto.
Voy a seguir escribiendo,
tal vez me salve la vida.


José Manuel Acosta.

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