miércoles, 11 de mayo de 2016

Cuando nuestros besos
se ponían de acuerdo,
justo cuando se amaban nuestros labios,
me quedé sin morfina para el dolor.
Escribí en el reverso de los poemas
con voz sensible,
pero es difícil saber
qué hay detrás de las ventanas
si las palabras no tienen destino.
Sólo los supiros
se adelantan al recuerdo y
nada nos hace envejecer más rápido que la soledad.


José Manuel Acosta.

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