miércoles, 11 de mayo de 2016

HOJAS DE MÍ


Desvestir tu boca
y que la lengua sea
una marioneta invisible.
Sacar punta al lápiz
de tanto escribir te quiero.
Desdoblar los papeles
que cuentan nuestra vida
perdiendo el hambre
lo innecesario.
Preocuparme si un día
no tengo nada que decir.
Quitarle el pijama a la voz
de los días malos
para que sea breve
la tristeza.
Que las promesas
tengan alternativas
y haciendo
deje de ir a la consulta
del gerundio aparente.
Que el olvido se olvide
de olvidar y el amor
sea un estribillo pegadizo.
Una fracción de segundo
te lo quita todo,
hace tiempo que decidí
ser distinto dejando
que las penas
no sean puntos suspensivos.
Antes, después y durante.
El amor debería ser
una enfermedad contagiosa.
Sólo unos pocos
me llaman idiota.


José Manuel Acosta.

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