martes, 17 de abril de 2012

THALÌA Y MELPÒMENE


Me encontré
en asfaltos pecaminosos
de rodillas expoliando pecados,
veo al músico sacudiendo
su guitarra
por el decrepito
don que lleva una moneda,
algún cartón sirve de almohada
al sayón mugriento
de almas perdidas,
mientras una cándida mirada
en profunda soledad
expía algún gesto de ternura,
pero es tan ciega nuestra demencia
que se disipa
cualquier aliento
en busca de cariño.
Veo una cara de pasados
pintada de mimo,
comedia y tragedia
Thalía busca el presente
promiscuo de la sonrisa
cuando Melpómene
acaba pisando tierra,
la misma
que representaremos
en nuestra
última función.
José Manuel Acosta.

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