sábado, 19 de septiembre de 2015

ANTES QUE ME OLVIDE


Puede que algún día esté lleno de tristeza
que no me quede tiempo
para descongelar palabras
porque era demasiado niño para pedir perdón.
Hablaré entonces de cuando tú volvías
para encontrarte conmigo,
de cuando la impaciencia está revuelta
en la cama y no había esperas a sudar de nuevo.
Poner juntos las flores que hablaban
del silencio de nuestras manos
mirando los años mientras duermen.
No quiero esperar a que tus labios
solo sirvan para enfriar la sopa de mi cuchara,
a que me hables sin que yo lo sepa,
sin saber para qué sirven las intenciones
que se acuestan con nosotros.
No me da miedo la usencia
sino que nos olvidemos de encontrarnos.


José Manuel Acosta.

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