Podría imaginarte despertando conmigo
metiendo los sueños en pompas de jabón
que nos limpie los prejuicios
para ser felices cuando nadie nos ve.
De marcar con arena los tópicos
y dejar escrita la vida en paredes de cal
o en esa libreria erótica que cubre las sábanas
de todo mal.
En algún momento, me he dado la vuelta
para rogarles silencio
a tus besos con mi boca.
Qué bonito es abrir las ventanas
y que todo huela a ti pensando
qué es la felicidad sin dejar de mirarnos.
Fue entonces cuando surgió la necesidad
de hacernos el amor.
José Manuel Acosta.
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