Recuerda que te quiero si algún día
mi nombre olvidases por las prisas
cuando no te concedan más premisas
de vivir en tu boca mi osadía.
O si eludo el tiempo en silencio
indulto de tus párpados mojados
que mueren sin caricias desdichados
cuando mis desconsuelos penitencio.
El Alzheimer me deja desolado
abriéndonos sonrisas a la par
que decías te quiero vida mía.
Y ya ves que olvido cada día
desabrochando penas en el mar
porque contigo fui afortunado.
José Manuel Acosta.
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