jueves, 5 de marzo de 2015

Esboza esa sonrisa cuando te estás quemando
en los infiernos.
Al menos que tenga una prueba convincente,
guardaré mi nombre
porque los diablos están por cualquier parte
impugnando a riesgo de equivocarse,
la vida de todo el mundo.
Quien no soporta su vida raramente es capaz
de soportar la de otros, y si tienes
cuarenta hectáreas de felicidad
la rehabilitación de la empatía
será más dura que la de un drogadicto porque al menos ellos se hacen daño asi mismo.
No todos los árboles dan sombra y no por ello
dejan de ser árboles.Por eso creo que nadie es inútil,si no que llevamos ritmos distintos y hablamos de distinta manera siendo igualmente válidas las palabras.
A veces me gustaría ser mujer para saber
qué se siente dando vida y no pariendo
estupideces que es lo que tienen en común
los imbeciles, cuando entre cervezas y borracheras, dicen que follan tres veces al día
y su mujer en la peluquería habla de cuánto le gustaría tener a un tal Grey esposado a la pata de su cama.
He comprobado en mis propias carnes
que cuanto más luchas por los
derechos e igualdad de la mujer
más miedo demostramos y tenemos los hombres porque, mientras que una mujer
puede hacer lo mismo que un hombre
al revés es imposible.
La diferencia es tanta
que una mujer folla por amor
y nosotros lo hacemos
por puro vicio y algunos hasta se llaman
hombres a base de hostias y hasta
son capaces de ir a comulgar
porque saben perfectamente
que Dios creó al hombre
como el sexo débil y ya hasta la iglesia
se encargó de quitarle la razón.
La mayor estupidez del hombre
es creer que la mujer
nace de su costilla
cuando ya está demostrado,
que es el cromosoma masculino Y
el que procede del femenino X.
Pobres ilusos.


José Manuel Acosta.

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