martes, 1 de diciembre de 2015

HE O HUBIESE


La indiferencia se viste sola y acaba tropezando desnuda porque en el fondo está suicidando
a los recuerdos.
Escribo con tinta
indeleble que
cambia de color
en los buzones sin destino y en lo sellos
pintados con acuarelas.
En un sobre
de sopa de letras
hay más palabras
que en los labios
dormidos.
Será que soy
un enfermo del tacto
con hemorragias de
caricias para
respirar con calma.
La vida tiene la penúltima palabra porque
la muerte
tiene su propio idioma.
Por eso escribo
con defectos.


José Manuel Acosta.

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