domingo, 28 de septiembre de 2014

ALGUIEN CUALQUIERA

Su nombre no está escrito en ninguna voz,
la suya, es protagonista de calles estrechas
entre muros de lamentaciones y oraciones
de conventos de clausura.
Su mirada no tiene recuerdos,
sus labios son heridas desorientadas
que cuentan historias tristes
en un cuaderno lleno de huesos
guardando algún que otro beso
que nunca volvió a la vida.
Sus manos son de color piedra,
de aquellas donde se quedan trozos de vida
recogiendo lágrimas del tiempo
y huellas dormidas.
Todos los días escribe una historia
que a nadie importa,
hasta que alguien decide preguntar
lo que otros callaron por miedo
a la soledad o ver su propia miseria.


José Manuel Acosta.

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