miércoles, 17 de septiembre de 2014

TE EXTRAÑO

Desprecio la arrogancia inútil del tiempo
cuando una carta bien vestida
con antiguos perdones
de profundas palabras inéditas
de momentos callados y sombras apaciguadas,
se priva del temeroso destino
por haber nacido en los desvelos
de la suerte que tiembla
como la mano de un niño
en su primera caricia.
Oye mi torpe llanto
oye el luto de la lengua
que destiñen las palabras de mis labios
¡óyeme por última vez!
estoy escribiendo el grito
que se come la tierra
por todo aquello
que nunca nos dijimos.
Nunca vuelve el tiempo a su origen,
se me hace tan raro extrañarte…

José Manuel Acosta.

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