martes, 12 de julio de 2011

EL ÚLTIMO LATIDO ( SONETO )

  
Para secuestrar besos de su boca
Oxigenó mi sangre de suspiros
mientras mis huesos tienen que deciros
que son un atlas cuando usted los toca.

Necesito una puerta de instantes,
un ungüento de palabras presumo
que cuanto más lejos llego a lo sumo
es a esta lira de labios radiantes.

Hoy cuelgan lágrimas de mis mejillas
como flores reposan en la cripta
jubilosos sueños que se quebraron.

Su mirada fría auroras inscripta
y el corazón rezando de rodillas
quédese como cuando la besaron

José Manuel Acosta.

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