Y al final, me fui por poco tiempo
con la visita gastada
de fragmentos ausentes,
como la palabra que se rompe
en la media voz de los finales.
Me fui con distintos silencios
y el abecedario sin dueño,
con el reclamo de las farolas
en la noche.
Respiro en los declives
ahora que soy
dueño de mi aire,
Ahora
que marcharte y marcharme
no tienen
la misma distancia.
José Manuel Acosta.
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