lunes, 8 de diciembre de 2014

EL HAMBRE QUE NO MOLESTA

Tiene boca de caramelo
y ojos de color pistacho,
cuentan sus manos
que los auxilios son visagras oxidadas
porque el hambre entra sin llamar.
Contando cuentos a la luna
víste su madre la cama
de verdad fingida
y globos de sueños
porque hoy es su cumpleaños.
En papel de regalo
ha envuelto sus sonrisas
guardando las lágrimas
decúbito supino
para no alterar la inocencia.
Mañana será otro día
y los cuentos amanecerán
en el frigorífico vacío.


José Manuel Acosta.

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