martes, 16 de diciembre de 2014

HILVANANDO DÍAS

Puso sus palabras
en las intenciones de mi boca
sufriendo los besos
un desmayo de nuestros ojos.
Después de recibir
la consagración de sus caricias,
mis manos buscaron
la posibilidad
de ser un apéndice de su cuerpo
aunque siempre supe
que ella sería
el cordó umbilical
que alimenta mis versos.
Soy un tiempo imperfecto
acomodando palabras
en el recuerdo
para no olvidar que existo
detrás de los silencios.
Sólo quien vive
aprovechando las horas
se olvida
de lo rápido que éstas pasan.


José Manuel Acosta.

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