viernes, 12 de diciembre de 2014

HIDRATANDO LA VIDA


Calles llena de gente
las aceras vacías de silencio
el transitar de las voces
protestando soledad
y un buen día
te despiertas con prisas por vivir.
Las palabras se llaman unas a otras con desparpajo
porque las acciones pierden su virginidad
aunque de un momento a otro
conoceremos cómo la derrota
se burla de nosotros.
Ella acariciaba el pelo de su hija
antes que el olvido llegue presuntuoso
y las disculpas la miren de lado
sobre una camilla en la sala de urgencias.
La besa con ésa devoción y cariño
que sólo entienden los que saben querer
mientras en el suero se esconde
la primera parte de la muerte.


José Manuel Acosta.

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