Me viene la
lluvia,
como un
lamento
de algo que
no es mío
y me bastan
las horas
extrañas que
tiene la muerte
para comprenderlo.
Soy de amarillo
olvido
por si
vuelvo
cuando aún
no he llegado
a habitar
otro tiempo,
donde las
almas
no quisieron
ni quieren vivir,
porque es
una deuda prematura
cuando la
memoria
no llama a
nadie
ni nada
llega perfecto.
En realidad
yo no estaba
aquí.
José Manuel Acosta.
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