mientras le crecen
las piernas a la vida
y al cielo se le hiere la noche.
Podría vestir tus ojos de río
y desalar los mares en nuestros labios
mientras se mueren de sed los besos.
Podría poner en tus manos la luna
mientras me busca
el miedo de reojo
y sigo con las alas rotas.
Podría, podría hacer tantas cosas
que de tanto querer hacer
se me olvidó hacerlo
y el amor se quedó sin dueño.
José Manuel Acosta.
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