En cada renglón , se queda una parte
de mi vida
torciendo las palabras póstumas
que es cuando adquiere
valor la obra.
Cambiaré las tíldes en silencio,
que vienen a buscarme
los que nacieron inacabados
y cualquier casualidad
es mas lenta que mi nombre.
Cuando me casé con las letras
supe que sería para siempre
aunque durmamos
en habitaciones separadas.
Después,
regreso a lo privado,
encendiéndo el primer
cigarrillo de la noche,
y parece
que alguien me ama.
José Manuel Acosta.
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