martes, 18 de agosto de 2015

ABISMO

Solo los muertos saben
que los días se van hacinando
y que los pájaros
siguen serigrafiando el cielo.
Tengo la extraña enfermedad
del poeta
que mira los sueños del revés
seduciendo al olvido,
y viene la soledad
como una ramera a pretenderme.
Me he prostituido tanto,
que dejé de vender palabras
ni comprar pecados
porque la felicidad
juega a su manera.
Esta mañana he desayunado
pan con mantequilla,
lo que dicen que comen los pobres,
pero me di cuenta
que peor es
no tener nada
con lo que alimentar el corazón.
Los pájaros serigrafian el cielo
pero hay uno
que vuela junto a mí.


José Manuel Acosta.

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