sábado, 1 de agosto de 2015

MARÍA NO ESTÀ EN EL REINO DE LOS CIELOS


La ves pasar por la calle, con esa sinfonía que todos tenemos cuando nos cruzamos juzgando simplemente las apariencias sin importar cuánto estamos de equivocado.
La libertad del pensamiento hace que muchas veces oscurezca nuestro destino y cerrar los ojos, es la única manera de perder el miedo a quien nos vigila.Ni siquiera el llanto, que desahoga,te enseña a respirar para recuperar un poco el aliento que pueda vestirnos sin remordimientos y dejar de estar sometidos a nuestra propia condena.
No sé dónde está esa respiración que define las palabras más tristes, ni cuánta vicisitud somos capaces de soportar aunque para ello haya que fingir un bienestar que no alteren los vacíos.
Sus palabras se hacen agua en la boca, antes de salir ya están llorando.
Quiere aprender del olvido, a que rece la memoria en los días sueltos que tiene la sonrisa fingida, de los mercaderes del desecho que arañan los mediosdías para alargar el sufrimiento de la noche.
Quise llegar a su media lengua, a las lagunas de su mente carcomida más por el recuerdo que por una droga de diseño que estabilice la muerte traumática aunque sea la que te lleve hasta ella.
Quiero llamarla María, la que fecunda la vida
aunque no esté en el reino de los cielos,
la de los "Diostesalve" sin saber de qué salvarse,
si de vivir muerta o morir para vivir.
María es una canción extraviada, un saludo ciego, puede ser muchas cosas que pocos conocen en un hasta pronto, en un hola por educación,pero María,
María no está en el reino de los cielos,
está en el boca a boca de los que todo lo saben y todo lo entienden sin comprender.
Ella espera un regreso que nunca llegará.


José Manuel Acosta.

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