jueves, 1 de enero de 2015

SOMOS VIDA, SOMOS MUERTE

Puedo mencionarte 
hasta con la boca cerrada
y aparentar 
que coincido con tus manos
mientras tus pestañas
sonríen desnudas
porque sabes 
encontrar mis sentimientos.
En esta buhardilla rústica
que parece inalterable,
en éste bulevar 
de alma menguante
que calla sus gestos al mirarme
cuando la osadía 
viene de cubito supino,
está el poeta 
embalsamando sonrisas
para que cuando 
el silencio
me dé explicaciones,
mis lágrimas pueden mentirle.
Observamos los colores 
de la vida
que a veces 
nos la pintan de amarillo,
porque es mejor
que el negro de la muerte.


José Manuel Acosta.


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