lunes, 13 de abril de 2015

DICTADOS DEL SEÑOR

Ya no escriben los pájaros
ni llaman las plegarias
que acrediten la muerte.
Descansan los rezos
sobre viejos
libros de madera
cuando las flores
narran la vida
y los ojos
se quedan con el rito salino,
Un extraño invierno
en el alma,
el reloj colgado de las nubes
y el cielo
entra por la puerta
del silencio.
Supongo
que todos los días
pasamos por el mismo sitio
hasta que
unas campanas compasivas
toquen a difuntos
aunque no todos
la escucharán igual.
Hace tiempo
que no veo
pájaros en el cielo.

José Manuel Acosta.

No hay comentarios:

Publicar un comentario