domingo, 18 de mayo de 2014

ÉGLOGA DE UN POETA



En el fibroma de mis versos
y otras heridas abiertas
buscando verbos sangrantes,
mi onomatopéyica
pluma cromática
busca un solemne poema
para que no tiriten
las manos lacrimógenas
de este triste poeta .
En una alberca de palabras
pastoril
de vez en cuando ,
descansa un carbunclo beso
perfumando al Dios Vishnú ,
y alentado
por el carnal
gesto de la noche ,
suenan igual mis costuras
que saben a sal
huelen a azufre
y sienten en silencio .
-ahora-
sólo quiero un trozo del tiempo
para cruzar descalzo la noche
y morir en su aliento ,
mientras…..
sigo abonando campos
hasta que la muerte
me convierta
en su semilla.

José Manuel Acosta.

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