martes, 27 de mayo de 2014

REFLEXIONES DE UN POETA: PUNTO Y SEGUIDO

No me digas tantas palabras bonitas, ni me digas que para calmar el dolor necesito ver el lado positivo de la vida cuando en ella no estás tú.
Sólo necesito un verso tuyo en mi boca que le haga una circuncisión a mi lengua y la dejes muda para siempre.
Si me encuentro solo en un vacío de silencio, donde los pensamientos nada construyen
donde las alamedas del alma quedan maltrechas por mantenerse viva en un engaño,
entonces y sólo entonces, dibujaré con la pubertad de mis ojos un armisticio de evolución constante que con el alba a cuestas, construya muros para no dejar pasar la indiferencia.
Dejaré sin clemencia algún insomnio acostumbrado a caer al vacío de las derrotas,
a esa programada costumbre de ser lo que no somos por la simple comunión de las apariencias , de ser el principio de un epigrama , de una vida ficticia que conduce a tu propia derrota cuando solo en tu agónica soledad, verás el triunfo de los fracasos rodeando tu cuello.
De vez en cuando me gusta asomarme al balcón de los indiferentes para verlos pasar por las calles de los amnistiados de conciencia, me gusta verlos pasar porque veo como escarban en su propia miseria.
Reconozco que ni he sido ni soy un santo, pero cuando de mi boca salga un te quiero
en busca de su destino, estarás viendo íntegramente todo mi interior disfrazado de armadura para que nadie vea, mi propia vulnerabilidad.

José Manuel Acosta.

No hay comentarios:

Publicar un comentario