miércoles, 28 de mayo de 2014

VULNERABLE

Hoy llevas en tu cuello
esa pose de la distancia
cuando miras al infinito.
Y me gusta entonces contar tus pestañeos
 porque me enseñas
a mantener la mirada inmóvil,
al sosiego que me condena
por derecho propio,
a perseguirte siempre insatisfecho
por debajo de tu piel,
por esa mueca distendida
de  lo extraño del olvido,
si es que de amor
tienes encallado el corazón.
Me hizo falta el tiempo
que de repente ahora me sobra
y celosamente guardo en mi armadura invencible,
pero sólo es la apariencia
de quien sufre por dentro
cuando me llamas loco,
si loco es estar lleno de amor.

José Manuel Acosta.

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