martes, 18 de noviembre de 2014

LAS CINCO

Los sueños se pierden
entre las sábanas,
las horas mueren
a las cinco de la mañana,
no tienen prisa las calles.
El café me espera
en el mismo sitio de siempre
con un buenos días aún dormido.
Esperándome están los libros
para jugar entre mis manos.
Hay uno que se me resiste,
lleva tres años
desconfiando de mí.
Quizás deba soñar menos
y las cinco de la mañana
deje de tener sentido.
Me vuelvo a la cama
sin saber si las palabras
morirán conmigo.


José Manuel Acosta.

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