martes, 18 de noviembre de 2014

MI OTRO YO

No sé, si podré hacer un poema
de esos que cierran el capitulo de toda una vida
donde el depredador
aniquile su vergüenza
y la intuición del inocente
soporte la verdad.
Frentes ficticias de espaldas falsas,
yo he visto sin querer ver
ladinos pasos que se hundían
despojando al alma de dignidad
lamiendo las heridas,
que se retuercen
sin caricias
sustentándose de lo maduro
y la pureza era guillotinada
sin esgrimir razones.
Yo he visto tambalearse los corazones,
y he visto pies de un veinticinco
con la mirada perdida
al ser enterrada su deidad
por no tener con que alimentarse.
He visto manos vomitando
inoculadas por el veneno de los reptiles
y he visto con dolor, ojos violados
sin esperanzas de vida por la droga.
Sin llevar la Biblia a cuestas
he intentado poner puentes de salvación,
pero los sordos no ven
y los ciegos no oyen
porque hoy día
todo es criticable.
Para cuando sea dubitativo mi cuerpo,
ya estaré esperando primaveras.


José Manuel Acosta.

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