que coagulan la sangre
sustentando el olvido
y heridas ,
que se cosen en silencio
como el alma en rutina.
Hay heridas
que se blanden valerosas
luchando con las incomprensiones
y heridas,
que sellan las ausencias
de las circunstancias.
Hay heridas
Colectivas,
acostumbradas a lo evidente
y otras
quemando sueños,
balbuceando necesidades.
Hay heridas
parciales por el cansancio
y heridas asonantes
en verbos inexistentes.
Hay heridas
invisibles
vistiéndose de pobreza
y heridas comiendo heridas.
Las heridas pueden curarse
cuando una caricia
no significa sacrificio
José Manuel Acosta.
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