sábado, 7 de mayo de 2011

UN AMOR INALTERABLE ( A MIS HIJOS )


Pertenecéis a la cara del apellido
y a la cruz de mi nombre.
Sois orfebrería de oro
en retablos de almas nobles,
la evangelización de la vida
que viste de orgullo mis ojos.
El dominio de mi corazón
es una estancia
que me conduce a vuestros latidos
y en el umbral de las palabras,
permanezco invisible
antes que se desmayen los besos
en mi cara.
Urdiendo impresionismos,
sois la creatividad de los gestos,
la soberana pluma
que concede arte a mis versos
en el emperador verbo infinito.
Azahares preñados de primaveras inalterables,
hispalense ombligo de los naranjos
en piramidales abrazos.
Sois, más allá de cualquier propósito,
prodigiosos matices de colores
adornando mi vida.
José Manuel Acosta.

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