lunes, 2 de mayo de 2011

UN PUÑADO DE BESOS

Respiro el palpito
perfume de tus labios
en el incólume peregrinaje
de mis manos.
Alameda constante,
busco tu adusto cuerpo
para embalsamar a este
pobre escanciador de besos
taxidermista de pasiones.
Soy tu nombre
en constantes bautizos
safari salvaje de palabras,
déjate acariciar por la brisa
empalagosa de mis parpados.
Déjame ser el color de tu estrella
sabor y olor de tu vida,
déjame ser gramática extensiva
lección aprendida
por como soy cuando estoy contigo.
Presides mis años
rebasando mi escritura
permíteme te ofrezca
mi débil armadura.
haces de mi lóbrega palabra
vestir a este loco de cordura
arrogante y adulador del amor
¿ Nos queremos tanto por todo lo vivido ?
veo en tus ojos lo sufrido
y en bandeja de plata ,
te sirvo lo mejor que
para ti he querido.
Amplio y magnifico cordón umbilical
consagrada y divina ,
este verdugo de metáforas
cirujano del soneto,
por tu amor
jamás estará quieto.
José Manuel Acosta.

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