y romero soleado,
a la íntima sinfonía
del incienso costalero,
a salinas aderezando culturas
junto al quebradizo bostezo
de las olas.
Andalucía huele
a naranjos lagrimando
azahares
y a espartos
cuando caminan descalzos
los milagros.
Andalucía huele
a gestos preñados de sueños
mientras descansa el alma
en el filo de los momentos
agitándose en faralaes
el vertebrado verbo
Andalusí.
Huele a poetas errantes
pintores y escultores
y también , al sudor subyugado
del agricultor.
Andalucía huele
a la mueca digna de su gente
junto a la postura periférica
de su sonrisa.
Andalucía huele
a paisajes de vida,
al acento que falta en mi boca
y a la aventura de mi pluma
cuando mi alma
se enciende en gestos.
José Manuel Acosta
No hay comentarios:
Publicar un comentario