domingo, 15 de junio de 2014

CAMINO DE LA MUERTE

Aquí yace la soledad de un poeta urbano
y así será el epitafio de mi tumba,
me habré llevado los secretos
que siempre guardó mi alma en su eco mudo
cuando un corazón anacoreta,
absorbía la oscuridad de sus latidos.
Me he vestido de muerte
con la presunción de inocencia de la vida,
he hablado con mis lágrimas
he sentido el dolor de la rutina
le he escrito al amor con mis párpados
y he dejado que mi garganta
escriba sus propios versos.
Ya no me quedan fuerzas
ni para limpiar el sudor de las heridas
que viajan por mis venas con tristeza,
ya no me quedan fuerzas
ni para sentir la emoción de los suspiros,
que siempre durmieron boca arriba
para ver si le hablaban las estrellas.
Ya no me quedan fuerzas, no,
no me quedan fuerzas
porque ha muerto el poeta urbano.

José Manuel Acosta.

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