Surgiste susurrante
en la vigilia de mis sueños,
en el conticinio salmo
de las plegarias ,
sorbía sales de ébano
un aliento de canela
recordando el azúcar
moreno de tus ojos .
Me atraviesan las horas
lamiendo el eco
de la ausencia
y quiero que vuele
su lengua ,
para convencer
a los besos de la boca
que talle mis espasmos
con las caricias de sus ánforas .
No espero nada
del mundano día
ni del necio orgullo del tiempo,
sólo quiero que ella
sea el cauce
que anegue mi morada ,
temblando mis caricias
cuando murmuran
sus palabras .
José Manuel Acosta.
No hay comentarios:
Publicar un comentario