lunes, 9 de junio de 2014

SUJETADO POR HILVANES


Deposito mi voz
en el sepulcro vano
del ciego deseo ,
ése que solicitando
absoluciones
absorbe las esperanzas
y se olvida del surco
que han dejado
las horas .
Erradicar de mis ojos
las miradas neoclásicas ,
es un descuido
que se atraganta en mi boca
y mueren
en mis pictóricas manos .
Mis gravosos dedos
enmohecen suplicando
una arcádica caricia ,
ilustrándose mi corazón
en la urbanidad del alma
que suena como un gramófono
lleno de plegarias .
Y mientras simulo
la fatiga insaciable ,
intento armonizar
la ciega virtud
con la que aveces
se viste la vida
y dé un respiro
al silencio
que se dobla
en hilvanes de soledad.

José Manuel Acosta

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