Sobre el anillo respiratorio de la memoria, como el gesto
anciano de los árboles
que cuelgan desgastadas sus horas en el tiempo en el jardín
de los verbos inacentuados,
así dejo escritas las palabras antes que la muerte me pise la
espalda ordenando las tristezas a gritos.
Entre las promesas incumplidas y el adiós de los perdones y
antes que a la cuenca de mis ojos lleguen las condenas, estoy junto a mis
pensamientos en esa línea delgada que hay entre la vida y la muerte sabiendo
que sólo la voy a cruzar una vez para no volver jamás; por eso Dios, no quiso
que viésemos nuestra propia muerte, para que no sepamos cuánta es la soledad
del camino.
Nos quedamos desnudos en la muerte porque no hemos sabido vestir la vida
_ no me quieras tanto, quiéreme mejor-
le susurro a la locura a diario porque me ayuda a sobrevivir
cuando el tiempo se despide sin aviso, sé que la muerte se desliza lentamente
sin memoria, sin palabras literarias ella sabe, que siempre me han gustado las
dos partes de mi alma, la femenina que siente como mujer, y la masculina, que
piensa como hombre porque el tiempo, el tiempo es inquebrantable.
Es fácil caer en el sentimiento descuidado cuando el día
avanza coleccionando horas urdiendo un amanecer detrás de otro, ocupado en
agradar los albas antes que lleguen los quejidos de la noche, ella, siempre
sabe hablarle a los sentimientos sin tapujos derrumbando sus secretos.
Los sentimientos son como los zapatos desatados, como los
recuerdos que te acercan la distancia para que los huesos no titilen en la boca
de las desgracias, como el blanco de los ojos en una selva de lágrimas rotas
cuando fallece hasta el propio olvido.
Los sentimientos ¿qué son los sentimientos? Son la sangre
trasparente del corazón, la cavidad blanca del alma donde nunca llegará la
muerte porque ella sabe, que el alma es tan eterna como el amor.
Los sentimientos es un verbo declamado en tu interior, el
que nunca te engaña, que saben juntar las
voces con nombres propios, los sentimientos no llevan suplicas porque se
bautizan solos sin condenas, sin la necesidad de ser comprendidos porque ya lo
son antes de salir.
Sentimientos, si algún día los encuentras, no los dejes escapar, ellos perdonan todo lo que la muerte no hará.
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