viernes, 8 de agosto de 2014

AUSENTE

No lloro sin suspiros
ni suspiro cuando me roban las lágrimas
si el consuelo no está atento a mis ojos,
ni crece la perfección agraviada en enojos
que te contamina y no te deja respirar.
Despierto cada día entre mortales
que piden clemencia al cielo
humillando la tierra que pisan,
sin rendir cuentas a los pecados concebidos
porque tienen el mismo valor
que la bolsa de Judas.
¿ cómo derribar el muro de la incomprensión si estamos levantando el de la hipocresía?
soy un exégeta compungido
que analizando la biblia, veo que nadie la practica
si no es bendiciendo un rezo
cuando se va a misa y al termino nos mandan con Dios
¿ y por qué no decir, podéis ir con los seres humanos?
Dónde está el Dios supremo en las guerras, en el hambre de los niños,
en la muerte injusta, en el maltrato a la mujer, en la droga.
Y no me vengas a decir que es su voluntad
a no ser que la voluntad tenga la intención
de infringir heridas.
Me duele tanto hablar de Dios, que si algún día
decide hablar conmigo,
espero le dé respuestas a todas mis preguntas litúrgicas

José Manuel Acosta.

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