domingo, 17 de agosto de 2014

LA CONCIENCIA HERIDA

Cuenta la leyenda, que todo el que la ve por primera vez llora.
Está oculta pero sin miedo,
es una extraña calle solitaria buscando
los reproches de la culpa,
alguna, vestida por el manto de las deidades
y otras bebiendo el consuelo del cáliz .
Muchas llevan el silencio inconfesable,
mientras van descalzas en penitencias
detrás de los Ave María
y los ego te absolvo de los falsos apóstoles.
El que lleva puesta la corbata de los rezos
asfixiando el alma con su nudo,
no tiene por qué ser mejor
que quien lleva un verso tatuado en la piel
ni una nana cantada en el tiempo,
engendra más vida
que una patera remando a la deriva.
Mientras medito en el inhóspito
mundo de los desaparecidos,
veo palomas blancas en el cielo
aunque no sé si es allí,
donde tengo que buscar a la conciencia.

José Manuel Acosta.

No hay comentarios:

Publicar un comentario