lunes, 18 de agosto de 2014

SIN HACER RUIDO

Vete yendo, 
sin levantar polvareda en el camino,
sin que suene el trueno 
de la crítica
en el corazón lastimado.
Vete yendo, 
como el silencio de un convento
roto por el tañer 
de las campanas,
con los ojos bordando 
oraciones de agua santa
pero vete yendo 
sin hacer ruido.
Vete yendo, 
como los cipreses 
cuando miran la muerte
que nos regaló la vida 
porque sabe de su triunfo,
pero vete yendo 
sin hacer ruido.
Vete yendo, 
como el suspiro cortado de los árboles
cuando llora el papel
donde escribo estos versos
que se están yendo.

José Manuel Acosta.

No hay comentarios:

Publicar un comentario