miércoles, 13 de agosto de 2014

EL LENGUAJE DE EROS

Me he acostumbrado a rezar en tus pechos,
a perseguir tu lengua sin clemencia
que no perdona los pecados de mi boca
cuando busca el destino
que se agita entre tus piernas.
Me he acostumbrado a no callar mis manos
cuando te explican las caricias
que palpitan por todos
los rincones de tu cuerpo
y te abres toda para mí.
Me gusta sentirme libre
en el lenguaje
que desgranan tus jadeos,
en esa cintura que se encoge entre espasmos
apretándose contra mis principios de hombre.
Me he acostumbrado a explorar
las moléculas de tu sexo
como un furtivo invasor sediento
si lo pides todo
con tus ojos.
Me he acostumbrado
a ensayar mi muerte
cuando me das la vida
si nada te pido
y te lo pido todo.
Llenémonos de olvido
y deja que un te amo repetido
nos persiga.

José Manuel Acosta.

No hay comentarios:

Publicar un comentario