martes, 26 de agosto de 2014

NOS VAMOS QUEDANDO SOLOS

Fui desnudando la apariencia…
de mi juventud ya no quedan los árboles
tronchados dibujando corazones,
ni hay estrellas de platas contoneándose a los pies de mi cama
con aquella luna de los cuentos de hadas
que despertaba en silencio a las princesas.
Ya no tengo aquel beso
que se esfumaba entre lágrimas por mi almohada,
ni aquellos primeros pelos importantes
escondiendo la pubertad.
Ya no queda nada de aquel niño mago sacando aventuras
de una chistera invisible,
ni del científico avispado cogiendo “zapateros” en el campo
que se sentó debajo de un olivo
para escribir su primer poema en soledad.
Ya no queda nada de aquella cocina de pestiños
envueltas en miradas de miel
y polvo de sonrisas amasadas,
ya no queda nada, no queda nada,
tan solo mis lágrimas recodando a los que se fueron
por culpa de los años
olvidados en una estantería.

José Manuel Acosta.

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